Y así, hablar, hablar por horas.... y escuchar por otras tantas.....Para compartir informaciones, sentimientos,
ilusiones, risas, viejas historias, nuevos proyectos, secretos y confidencias, y ... tristezas también.
Hablar mirándose a
los ojos, para hundirse aún más en el corazón del que habla… y del que
escucha…
Acaso, tomarse de las manos para que la conexión sea más intensa, y la que a
veces expresa más que las mismas palabras.
Hablar con alguien muy querido, alivia los dolores del corazón y abre horizontes.
Mi corazón habla siempre de los sentimientos que tengo a
flor de piel… y de algunos abismalmente profundos que son solo míos… y eso
crea lazos que nunca más se romperán para el que lo entiende.
Aunque Antonio Porchia (Voces), en su frase:
"No me hables. Quiero estar contigo"