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jueves, 8 de septiembre de 2016


TRISTEZA


Vino por un largo camino,
no nació de un enojo,
 ni fue fruto de llantos,
ni la engendró el Capricho
por inútil y tonto arrebato.

Nació pequeña y sin forma
como alma perdida
en un bosque lejano,
con rugidos de vientos
y gemidos extraños.

Y siguió mis pasos,
¡ mis incautos pasos !

Se escondió en las sombras
del bosque encantado.

Se vistió de luna,
de sombrío árbol,
de inocente sombra
de ciervo asustado.

Por ese largo camino,
encontró mi casa.

Me llamó a los gritos...

derribó la puerta...

se metió en mi lecho...

y allí, gritando mi nombre,

su mortal puñal



se clavó en mi pecho...


© Mabel G (Los Poemas de mi Duende Amigo)