Un
adolescente, en estado salvaje, fue encontrado en Francia en la región de Aveyron, al final del siglo XVIII.
Le llamaron Victor. Aparentaba
ser un niño alrededor de unos 12 años aproximadamente..
Su caso fue muy
estudiado y propiamente documentado.
Un poco de historia: en
el otoño de 1799, unos cazadores en la zona del Languedoc francés, (cerca de los
Pirineos)
EL LANGUEDOC FRANCÉS |
se encontraron de repente frente a un niño
desnudo, al que capturaron.
Luego lo llevaron a la
casa de una señora viuda que lo mantuvo encerrado en una cabaña de su cercanía.
En la semana siguiente,
logró escapar hacia las montañas y allí pasó un riguroso invierno, cubierto
solamente con una camisa desgarrada.
Por la noches se
ocultaba, pero durante el día se acercaba a los poblados. (al parecer, no sabía
que haciéndolo al revés estaría más seguro) En uno de ellos, el Cantón de St. Sernin, fue
recapturado y enviado a un hospital, donde permaneció internado primero en el
hospital de Saint-Afrique y posteriormente a Rodez, donde estuvo varios
meses.
Siempre se mostró
arisco, salvaje y con claras intenciones de escaparse nuevamente.
Cuidadosamente
estudiado, los sabios de entonces llegaron a la conclusión que era un niño
anormal con deficiencias mentales.
Pero Jean Marc Gaspard Itard
un médico recién
doctorado, puso al frente de los sabios, la propuesta de educarlo a la vez que
se lo trataba. La idea fue aceptada. Y fueron, así, proporcionadas las ayudas
públicas.
El niño quedó bajo la
custodia de Itard, que le aplicaba sus métodos de re adaptación al medio
ambiente, además de su tratamiento psicológico.
Madame Guérin, lo
atendía en sus aspectos físicos y materiales.
En 1801 Itard escribió
un informe para el Ministerio del Interior (patrocinador del “experimento”),
con todos los datos recabados en el tratamiento y conducta de Victor, el que
copio a continuación:
"un niño
desagradablemente sucio, afectado por movimientos espasmódicos e incluso
convulsiones; que se balanceaba incesantemente como los animales del zoo; que
mordía y arañaba a quienes se le acercaban; que no mostraba ningún afecto a
quienes le cuidaban y que, en suma, se mostraba indiferente a todo y no
prestaba atención a nada."
Los cuidados que recibía
por parte de sus cuidadores, lograron algún progreso. Se mejoró su estado
físico y también, en parte, su sociabilidad… pero fueron progresos muy
escasos. A partir de haber superado su
primera etapa, Itard le puso por nombre, Victor.
Pero, por esa época,
también se le desarrolló su instinto sexual, lo que creó problemas adicionales
a su educador.
Itard no pudo llegar a
que el joven hablara ni que se comportara civilizadamente.
Por eso en su segundo informe (1806), se dio por
vencido y manifestó su preocupación por el futuro de Victor. En la película
de François Truffaut, cuyo título es L´Enfant Sauvage(1970), se puede ver parte del
proyecto de Itard.
El Ministerio del Interior siguió pagando a
Madame Guérin,
la pensión de 150 francos para que lo siguiera cuidando. Lo que
hizo por los siguientes 20 años. Además otros profesores continuaron con su
educación.
Pero un informe elaborado por alguien que vio a Víctor hacia 1815, no reseñaba ninguna mejora de su situación.
Pero un informe elaborado por alguien que vio a Víctor hacia 1815, no reseñaba ninguna mejora de su situación.
El médico
cirujano Serge Aroles, autor de un estudio general de niños salvajes basado en
archivos (El enigma de los niños-lobo), publicado en 2007, dejó establecido
que casi todos estos casos son mentiras escandalosas solo para vender libros.
Murió
joven, en 1828. Tenía, aproximadamente cuarenta años (ya que nunca se pudo
definir su edad). Una enfermedad fue la causa clínica de su muerte, aunque hubo
quienes opinaron que, verdaderamente, murió de tristeza, quizás añorando la
libertad del bosque.
Gaspar
Hauser en su libro “El niño salvaje de Aveyron), expone que el hombre “no
domesticado” no puede desarrollar su inteligencia y su afectividad por sí mismo.
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“Necesitamos
a nuestros semejantes para ser inteligentes. Pero la misma sociedad que nos
vuelve tan listos, y realmente lo hace, puede convertirnos en unos perfectos
idiotas, ya que la estupidez es relajante y garantiza LA FELICIDAD a sus
seguidores.
párrafo extraído del libro “Elogio del Imbécil” de Pino
Aprile.
Mis fuentes:
*English translation of Itard´s Mémoir on Victor de l´Aveyron in English.
*Wikipedia.
*Pino Aprile (Elogio del
Imbécil)