"...dame mil besos, luego cien, después otros mil,y por segunda vez cientos, luego hasta otros mil y otros cientos después.
Y, cuando sumemos ya muchos miles, los borraremos para olvidarnos de su número o para que ningún maligno sepa que fueron tantos nuestros besos"
(Frag. de una carta a su amada, Gayo Valerio Catulo, h 87 ac- h 57 ac, Antigua Roma")