ni fue fruto de llantos,
ni la engendró el Capricho
por inútil y tonto arrebato.
Comenzó pequeña
en un bosque lejano
con rugidos de vientos
Y siguió mis pasos.
Se escondió en las sombras
Se vistió de luna...
de sombrío árbol…
llegó hasta mi casa ,
derribó la puerta
se metió en mi lecho,
y gritando mi nombre
su daga mortal ,
se clavó en mi pecho.
................................. ©
Mabel G.