"Las invectivas de una Cristina enceguecida por el odio ya no tienen ningún efecto"
Los sectores acomodados con
mayores posibilidades de hacerle frente a esta situación se protegen como
pueden. Para los más pobres, en cambio, no hay protección posible. El desafío
no es cómo llegar a fin de mes sino cómo llegar a mañana. Los empresarios, por
su parte, no arriesgan inversiones de magnitud significativa. Tiene lógica: es
mejor volar bajo radar a ver si a alguno se le ocurre gravar la renta
inesperada. La clase media no da más y es, en líneas generales, la mayoría de
la población (44%) sobre la cual recaen los mayores esfuerzos impositivos y
laborales. El grueso de la gente que está en la economía informal recorrió las
calles de la Ciudad de Buenos Aires el pasado jueves generando un caos que ya a
nadie parece sorprender. No todos, los piqueteros afines al oficialismo que
tienen sus caciques dentro del propio gobierno –es decir que están de los dos
lados del mostrador– como Emilio Pérsico del Movimiento Evita y secretario de
Economía Social en el Ministerio de Desarrollo Social; Fernando “Chino” Navarro
del mismo Movimiento, es secretario de Relaciones Parlamentarias; Daniel
Menéndez, subsecretario de Promoción de Economía Social y Desarrollo Local;
entre otros– no movilizaron a sus agrupaciones. El Gobierno cuenta con
protección en ese sentido. De no haber sido así, la movilización hubiera sido
masiva y determinante. Lo mismo puede decirse de la CGT que parece dormir una
larga siesta en su rol de defensa de los trabajadores. Peronismo
explícito.
En este marco, el Reporte de
Expectativas del BCRA habla del 65% de inflación para todo el año. Un
reconocimiento oficial que pese a su criticidad, choca con los cálculos de
c3onsultoras privadas que la ubican por encima del setenta"
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