Para José Luis Gómez Urdáñez y María Virginia López
CONOCIENDO A NUESTRAS ANTEPASADAS, LAS MUJERES PRADEJONERAS
El viernes a partir de las 9,30 de la noche en la sala uno del Consultorio Médico de Pradejón, algunas de las numerosas mujeres que vivieron en siglos pasados en nuestro pueblo pudieron hacer acto de presencia, aunque sólo fuera dando a conocer sus nombres; señal ésta de que existieron y vivieron en aquel Pradejón que comenzaba a existir, primero como barrio de pastores, perteneciente a la ciudad de Calahorra y después como Villa independiente.
A lo largo de la exposición, conocimos la pobreza que padecieron aquellas primeras gentes que se instalaron en Pradejón, por la que bastantes familias enviaban a sus hijas de 12 a 14 años como criadas en Calahorra, principalmente para los curas de las parroquias y de la catedral. Sabían sus padres que estando allí tendrían un buen pasar y no padecerían el hambre de su pueblo.
También supimos de la existencia de María Ruiz, quien entre 1665 y 1666 fue propietaria de 50 ovejas y de 7 peonadas de viña. Igualmente nombramos a Teresa la Romea, propietaria de fanega y media de habas en el año 1793.
Cuando fui encontrando varios nombres de mujeres propietarias de rebaños y de tierras, enseguida me pregunté, por qué aparecían tan pocos nombres de mujeres en medio de tantos nombres de hombres. He llegado a la conclusión de que ellas serían mujeres solteras, porque las casadas, desde el momento de la ceremonia de la boda se unían a un hombre y también unían sus tierras, siendo ellos, los maridos los que aparecen como propietarios en todas las tablas de diferentes siglos y años.
De la segunda mitad del siglo XIX conocimos ya la existencia de mujeres que se dedicaban a realizar trabajos fuera del hogar y entre ellas hay 15 lavanderas de las que he elegido una, fue Felipa Íñiquez Ezquerro, que junto a sus compañeras elegía El Encinillo, las Estanquillas o la Choza para realizar su trabajo. Que en estos años unas cuantas mujeres ejercieran su profesión, indica que las diferencias económicas en Pradejón habían comenzado a existir, porque hasta el siglo XIX la tierra estuvo igualmente repartida, pero a mitad de dicho siglo unas cuantas familias gracias a su trabajo y esfuerzo habían conseguido comprar más tierras, iniciándose así las diferencias económicas entre unos pradejoneros y otros.
Supimos igualmente de la llegada de Nicolasa Montoya a Pradejón en 1858, para ser la primera maestra de niñas que existió en el pueblo. Fue éste un hecho importante para las futuras mujeres pradejoneras, porque dejarían de ser analfabetas.
Hablamos de las mujeres protestantes que desde 1872 formaron parte de la Comunidad Evangélica a la que pertenecieron hasta 40 personas, siendo la mayor parte de todas ellas mujeres viudas de edad avanzada. Entre ellas estaba Petra Santo Tomás Expósito, de quien tuve conocimiento gracias a su biznieta María Virginia López, mujer argentina, nieta de un hijo de Petra que emigró a la edad de 18 años. También conocimos a Asunción Benita Miranda, primera maestra de niñas en la escuela evangelista que existió en la villa.
Las maestras que comenzaron a llegar a Pradejón a partir de 1858, entre las que estuvieron, Juana Cordón, pradejonera de nacimiento, que atendió desde 1890 a los párvulos en la ermita de San Antonio durante medio siglo. Dolores Casas, que llegó en 1925 y fue una gran maestra republicana. Y finalmente con mucho cariño recordamos a nuestras maestras de la dictadura franquista: Doña Vitorina, Doña Celia y Doña Tere.
Fue un acto en el que me sentí arropada y querida por mis paisanos pradejoneros y también por unas cuantas personas de Andosilla que vinieron a acompañarme en este momento tan emotivo. ¡Y qué decir de la presencia de mis mejores amigas, de mi familia de Pradejón y de mi hija! Gracias a todos por hacerme tan feliz.
Marisa Mangado
Felicitaciones Marisa y orgullosa de ser tu amiga !
(y agradecida por todo el material enviado ... ¡como siempre! )
