Según
nos dice la historia, en 1582 el papa
Gregorio XIII (1502-1585) ordenó revisar el calendario, que pasó a ser conocido
como Gregoriano, y ese año se suprimieron los días comprendidos entre el 5 y el 15
de octubre.
En aquel momento, ese
error no tuvo importancia, pero a
mediados del siglo XVI el calendario llevaba 10 días de adelanto a las
estaciones (ooopsss!)
Un ejemplo de este
’salto’ al futuro fue Teresa de Jesús, que murió el 4 de Octubre de 1582 y fue enterrada el día
15 del mismo mes, aunque en realidad era el día siguiente.
También tenemos el ejemplo de Cervantes y
Shakespeare:
Cervantes murió, oficialmente, el 23 de Abril de
1616… del calendario gregoriano, que ya regía en España. Shakespeare también murió
en efecto, el 23 de Abril… del
calendario juliano (3 de mayo en el gregoriano), vigente todavía en Inglaterra.
Es decir, diez días más tarde, que como coincidencia no deja de ser notable.
Se cuenta que la gente salió a las calles
indignada formando lo que hoy día llamaríamos masivas manifestaciones: porque
les habían quitado diez días de vida. (un poco exagerado, realmente)
(Los antiguos también "se las traían" eh!)