Ayer me ocurrió algo,una de esas cosas que te reconcilian con la vida y con los seres.
Volvía caminando hacia mi casa. Hacía mucho frío, lloviznaba y el viento del Atlántico era feroz.
A una cuadra (calle) de llegar a mi casa, escuché un maullido como de un gato pequeño, pero era un maullido de angustia.
Las personas que amamos a los animales los comprendemos en todo momento.
Me acerqué a la reja de la casa de donde me pareció que provenía el maullido, empecé a decir."michi michi dónde estás... miau miau" y ¡ NADA!
La reja tenía tantas plantas, arbustos y palmeras. Es que abarca todo lo ancho del jardin que da a la calle.
Además las plantas y arbustos, como así también una de las palmeras, la más pegada a la reja, tienen una altura de unos tres metros por lo menos y todo es una total maraña de verde, algo así como un sotobosque en lo que respecta al suelo.
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Me quedé un rato para ver si el gatito daba alguna otra señal. Pero se había callado.
Crucé la callle ya en dirección a mi casa, cuando oí nuevamente el maullido, me di vuelta y en ese mismo instante, una muchacha que pasaba por allí se detuvo y empezó a tratar de mirar a través de esa "jungla".
Desde la vereda de enfrente le pregunté si había escuchado un maullido y me hizo una señal afirmativa con la cabeza .
Volví a cruzar la calle y las dos comenzamos a tratar por todos los medios de apartar (a través de la reja ) la maraña de plantas, hojas y de todo.. siempre hablándole o maullando tratando que el gatito respondiera, para así poder orientarnos.
Yo a veces lo escuchaba como si estuviera abajo, entonces me agaché y empecé a recorrer a lo largo de la reja gateando (para poder mirar hacia adentro lo que podía) y maullando. Mientras que la otra muchacha maullaba hacia lo alto, estando de pié junto a la reja.
De repente me dijo,"ahora yo también lo oigo desde abajo". A todo esto el gatito había empezado a maullar más fuertemente y como si estuviera dolorido.
Entonces ella también empezó a gatear, a maullar y a tratar de mover las ramas para poder mirar hacia adentro de esa maraña. Pero entre las barras de la reja no había mucho espacio y casi no podíamos mover los brazos.
En ese momento, un señor ya maduro que se desplazaba en bicicleta, se bajó de ella, la dejó tirada sobre la hierba y vino hacia nosotras con un "¡ qué les pasa chicas!"
Le explicamos se unió a la búsqueda... los tres maullando (a lo que el gatito al parecer lo alentaba y maullaba cada vez más fuerte)
En un momento dado éramos tres gateando y maullando. (pero ni no dábamos cuenta, solo queríamos salvar al gatito)
No podíamos trepar por la reja, pues no tenía planchas horizontales, estaba hecha con barras verticales muy fuertes.
Un vecino de al lado de la casa, salió en su coche, ya que llevaba a sus hijos a la escuela y dijo que les diría a los dueños de la casa lo que estaba pasando.
Ese señor que nos ayudaba a encontrar al gatito (gran persona.. un trabajador al que no le importó que era su hora de almuerzo) nos dijo que necesitaríamos una escalera bien alta.
Empezamos a llamar a algunas puertas cercanas a a casa, pero como es una zona residencial, no había nadie en ninguna casa, todo el mundo estaba en su trabajo. Yo les dije que tenía una escalera altísima en mi casa pero no la podía traer yo sola.
Le dije al señor que estaba por la labor de encontrar al animalito si venía conmigo hasta mi casa, la sacaríamos y él la acarrearía hasta donde estaba el problema. Pués lo llevé hasta mi casa, (a 100 metros de allí) lo hice entrar al trastero y sacó la escalera.
Mi perrita Luz, cuando lo vio estaba desconfiada pero luego le empezó a hacer fiestas y él se enamoró de ella-
Volvimos, la muchacha se había quedado cuidando la bicicleta y tratando de localizar al animalito.
El trepó hasta lo más alto de la escalera, yo trepé hasta la mitad y la otra muchacha abajo sosteniéndola.
Y apenas subió, lo encontró ! Estaba enredado en la palmera más alta, entre dos ramas secas.
Lo alzó, me lo pasó a mí y yo se lo pasé a la muchacha que estaba abajo.
Y el gatito, no muy pequeño, todo gris y ¡hermoso! se fue despacito para un costado del jardín donde había una puerta también de reja y se metió en el patio de la casa.
Los tres nos sentimos muy felices por la buena obra, dichosos de haber sacado al animalito de semejante apuro.
La muchacha siguió su camino (después de casi una hora de estar en el salvataje)
El señor de la bicicleta, me acompañó hasta mi casa, llevando la escalera, y la puso en el trastero.
Le dio muchos besos a mi perrita y se despidió agradeciéndome por la confianza depositada en él por haberle hecho entrar en mi casa. (con la delincuencia que existe en este momento en mi país, pero supe de entrada que era una buena persona)...
Esas dos personas que se desesperaron por rescatar al gatito y decían "de aquí no nos vamos hasta que lo encontremos"... me han henchido el alma.
Bueno.. pero ahí no acabó todo.
Cuando terminó el salvataje, eran las 14.00 .
Yo tenía un turno a las 15.30 horas.
O sea que a las 15.15 salí de mi casa y tuve que pasar nuevamente por el lugar del reciente hecho ..
Iba distraída y de soslayo noté algo gris que se abalanzaba hacia mis piernas y se enredaba en ellas y en mis pies..
Era el gatito que habíamos salvado !
No me dejaba caminar de tantos mimos y cariños que me hacía, lo levanté en brazos, le di muchos besos, lo achuché por varios minutos y lo puse en el suelo y otra vez comenzó a envolverse en mis pies.
Pero no me olvidaré nunca la manera que me miraba a los ojos.
Estaba agradecido!!
Me costó dejarlo.!!!
Iluminó mi día, que estaba nublado... y de repente creí que había salido el sol.
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HAY PERSONAS QUE IGNORAN A LOS ANIMALES, ESTÁN LOS QUE LOS DAÑAN POR PORTAR ELLOS UNA NATURALEZA DAÑINA Y MALVADA, O AQUELLOS QUE NO LOS ENTIENDEN y ni siquiera intentan hacerlo ...SIENDO LOS ANIMALES MEJORES QUE MUCHOS "HUMANOS", PORQUE SON AGRADECIDOS Y ESTÁN LLENOS DE AMOR Y DE SENTIMIENTOS PUROS.
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Mabel Granata 27/6/18
