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miércoles, 24 de junio de 2020

ROSA FERVENZA... DE MEIGAS Y HADAS



A QUIENES NO CREAN EN MEIGAS Y HADAS...NO LES RECOMIENDO ESTA LECTURA


Estaba un día esperando un micro para acudir a una cita de trabajo, cuando una señora ya mayor vio que de mi cuello colgaba una cadenita que sostenía la letra "M".

Me preguntó: 

-"¿M de María?"
-"No"-  le respondí yo - "M de Mabel".

Se me quedó mirando fijamente y me dijo, "yo también soy Mabel y si tienes tiempo y ganas,  te puedo contar una hermosa historia de hadas y meigas"


Tenía un hermoso rostro enmarcado en  cabellos rubios entrecanos, usaba gafas,  era alta y,  casi diría,  soberbia,  en su vejez.

Le respondí :
-"esas historias me apasionan"
-"Si tú eres "Mabel" tendremos mucho para compartir", me dijo con una sonrisa enigmática.
Sonreí y le dije que mi verdadero nombre no era Mabel, pero mi familia se había empeñado en llamarme así. 
-"Aun más sorprendente" me dijo. 
Me pasó lo mismo,  y si tú crees en hadas y meigas tal vez pueda contarte mi historia"
-"¿Una historia mágica?" le pregunté.
-"¡Sí!, y muy difícil de ser creída" me contestó con una expresión pícara en sus ojos. "Pero yo sé, que tú la creerás".
-"¿Por qué piensa eso?" le dije asombrada.
-"Porque tú también estás en la misma dimensión que yo.
 ¿Quieres escuchar mi historia?
-"¡Claro que sí!" y cruzamos la calle enfilado hacia un bar de la acera de enfrente para entrar a tomar un café y sumergirnos en la historia de la  "Mabel", que tampoco era Mabel.
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Y ella comenzó a contarme su historia. Su voz era suave y pausada, casi un susurro que llegaba directamente al corazón.

Y comenzó:


Por dónde empiezo para que esto sea lo más coherente posible…?
Nunca tuve necesidad de que fuera COHERENTE… pues es tan mío, que siendo parte de mi vida, no necesitaba COHERENCIA, solo recordar, aunque fueran recuerdos salteados y fuera de un orden sensato.. Pero hoy necesito contártelo para que llegue a ti de una manera sensata.

Todo empieza en Moaña (Galicia) del otro lado de la ría de Vigo.
Alli nació y vivió Rosa Fervenza, mi bisabuela; conocida comadrona y meiga.


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Rosa Fervenza, era meiga, sí! Reconocida en la comarca. Solían decir que salía, algunas noches, tanto de luna llena, como de luna nueva, a caminar por los bosques que rodeaban su humilde vivienda. Su esposo, mi bisabuelo, era labrador, José María Perez Paz.
En la casa humilde, cerca de la ría hacían frecuentemente las “queimadas” y Rosa recitaba el                    
                      CONXURO  

 (y me lo recitó en Gallego, sin casi respirar)

Mouchos, coruxas, sapos e bruxas. 
Demos, trasgos e diaños, espíritos das nevoadas veigas. 
Corvos, pintigas e meigas, feitizos das menciñeiras. 
Podres cañotas furadas, fogar dos vermes e alimañas. 

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E cando esta queimada baixe polas nosas gorxas, quedaremos libres dos males da nosa alma e de todo embruxamento. 
Forzas do ar, terra, mar e lume, a vos fago esta chamada: si e verdade que tendes mais poder que a humana xente, aquí e agora, facede cos espíritos dos

amigos que estan fora, participen con nos desta queimada. 



Luego, con una sonrisa en los labios, por haber recordado el Conjuro, continuó:


Decían los vecinos, que tenía poderes, fuerza interior,  una fuerza casi hipnótica. Que era hermosa, rubio oro su cabellera, atado en una trenza gruesa como un brazo y cuando se lo soltaba, parecía un hada caminando en el bosque…..Adivinaba el futuro sin ningún esfuerzo. Mi abuelita, su hija, Ifigenia Peregrina, me contaba que sanaba con sus manos, que sus manos estaban siempre tan calientes que casi quemaban y yo tengo sus mismas manosdijo, mirándoselas.


Ifigenia, nació en Vigo. Esa parte de la historia me la perdí. ¿por qué dejaron Moaña y se fueron a Vigo? No lo sé. Cuánto tiempo estuvieron allí? Tampoco lo sé, y no porque no lo preguntara.

Ifigenia se casó con Antonio Martinez y emigraron, primero a Uruguay y luego de unos meses, a la Argentina.  Allí nació su primer hijo, Alfredo y cuando el niño tenía dos años, Antonio Martinez, su padre, falleció de un infarto al corazón.

Dos años más tarde, Ifigenia se casó con Severino Couso  (cuya madre, mi bisabuela) era catalana.

De ese segundo matrimonio nacieron mi madre Leonor  y José María, su hermano menor.

Leonor se casó con Alberto y nací yo….
Pero la historia comienza mucho antes de mi nacimiento.

(en ese momento, temblé de emoción, allí se encerraba un gran misterio) 

Y siguió su relato

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Cuando le escribieron a Rosa Fervenza que su nieta (mi madre) estaba esperando familia, ella inmediatamente respondió con una carta – la cual no tuve la suerte de leer,  en la que le decía a mi madre (su nieta) que yo debería llamarme Mabe o Mab, porque cuando naciera, que sería un 11 de marzo a la madrugada, los astros estarían en la conjunción acertada para que la Reina de las Hadas de los Sueños, Mab. le pasara la corona a la nueva Mab o Mabe . Mab/Mabe /Mabel es la Reina de las Hadas de los celtas. En Gran Bretaña es : Maeve. y es la reina de las hadas de los sueños, luego, me enteré dijo con una sonrisa)

Rubén Darío escribió sobre Mab en El velo de la Reina Mab (percibí que estaba orgullosa de ello)

Dice en una parte de su escritocontinuó- La reina Mab, "revela a través de visiones y sueños los secretos "de la mente subconsciente"
Y mis sueños - dijo - son poderosos.
 siempre lo han sido.
También advirtió que ese día, cuando naciera, habría una señal cerca de donde yo estaba… y esa sería la señal.
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En ese momento, si el local donde estábamos se hubiera empezado a incendiar, creo que no me habría movido del lugar...

Ella continuó con su relato, sus ojos parecían que miraban hacia adentro de su ser.

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Hubo una reunión de mujeres: mi mamá con su panza, mi abuela, y mi adorada tía Hortensia "que era la esposa del hermano mayor de madre (a la que echo tanto de menos…que hasta duele)

 Decidieron que mi nombre sería Mabel Beatriz. 

El médico había dicho que yo nacería entre el 15 al 20 de marzo… pues no! Nací el 11 de marzo a las 4.20 de la madrugada. ¡Rosa Fervenza estaba en lo cierto!

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y siguió pausadamente, como hablando consigo misma.


Una semana antes que esto pasara,  mi madre tuvo una experiencia muy extraña:
Estaba leyendo un libro que había conseguido "Mabel, la hija de las nieves y la reina de las Hadas” (ese libro nunca lo vi y mi madre se olvidó de dónde lo había dejado, en las sucesivas mudanzas que tuvo la familia)
Como decía, estaba  leyendo el libro, era tarde, muy tarde, pasada la medianoche, mi padre estaba durmiendo a su lado, cuando ella vio un resplandor que iluminó la habitación en un color rosado, casi rojo y cuando levantó la vista vio a un hombre altísimo, vestido con una gran sotana roja, con barba y bigotes blancos, un rostro bondadoso… que se acercaba a  ella, llevando en la mano un gran libro con tapas marrones. Se detuvo a su lado, abrió el libro y le señaló en la página de la izquierda una escritura a mano, muy grande que decía MABEL y debajo habían muchas frases escritas….Mientras apoyaba el libro en su pecho y lo sostenía con una mano, con la otra le señalaba lo que estaba escrito y con la mirada le pedía que leyera…siempre con una sonrisa. Ella se asustó y gritó, este ser enorme, se "desvaneció en el aire, mi padre pegó un salto en la cama y cuando ella le contó lo que había pasado, le dijo “fue un sueño, no te preocupes”.
Mi madre SIEMPRE sostuvo que no había sido un sueño.

Y el 11 de marzo, nací. Mi tía Hortensia, cada vez que me lo contaba, lloraba (porque yo fui la niña de sus ojos) Y por qué lloraba mi tía? Pues porque me dijo hasta el cansancio – lo mismo mis padres y mis abuelos – que estaban allí, en el cuarto donde nací – que cuando me sacaron y después que llorara y me limpiaran, la partera me tomó en los brazos y yo, con un rulo en la cabeza y los ojos totalmente abiertos, miré lentamente a cada uno de los que allí estaban. Me decía mi tia: “nos estabas reconociendo, nos mirabas fijamente a cada uno de nosotros, encima tenías los ojos "color violeta oscuro”. (bueno, ese color, al parecer, me duró hasta el año, después se tornaron de color miel, como los de mi padre)
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Yo seguía embelesada el relato, sin importarme la hora que era, ni los compromisos que tenía pendientes... estaba totalmente absorta en la historia de "la otra Mabel que no era Mabel"
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De repente, mi tía gritó porque en un macetón, al lado de la puerta de entrada a la habitación de mis padres, donde había un rosal totalmente seco de hacía ya meses,  y a punto de ser arrancado para poner otra planta, había nacido una rosa blanca, enorme (y esa planta, cuando estaba viva, daba de rosas rojas).
Nada de esto vi, pero cuento lo que me contaron….La carta de mi bisabuela, no la leí, pero Hortensia, mi tía, la leyó y coincidía en puntos importantes: el día y la hora aproximada de mi venida a este mundo, y el anuncio, que fue una rosa blanca 
Muchos años después, tuve la oportunidad de hablar con la dueña de la casa donde nací (porque mis padres, allí, alquilaban un par de habitaciones) y me contó lo extraño de la rosa blanca, y que después, la planta nunca más tuvo flores. Lo extraño, me dijo, es que la planta estaba seca desde hacía meses, y además ella no había visto ningún pimpollo, solo la flor enorme y abierta, así, de repente.

Pasaron los años, yo tenía sueños raros, premoniciones, era sonámbula, leía las mentes de las personas, sabía exactamente lo que estaban pensando. Los animales me seguían (como me siguieron siempre y me continúan siguiendo a todas partes apenas los miro)  y los niños…que quieren siempre venir conmigo y me estiran los bracitos para que los levante y lloran cuando me alejo)

Pero esas cosas pasaron siempre y seguirán pasando mientras esté viva.
Que hay algo extraño en mí, lo hay. Si hay un niño llorando y le pongo la palma de mi mano en su mejilla, cae profundamente dormido… Será por el calor que emana de ella…

Una noche, viviendo aún con mis padres, en un departamento de dos habitaciones, en una de ellas,  el comedor, donde yo tenía mi diván para dormir.

Ya tenía veinticuatro años o por ahí cerca, cuando sentí que me tocaban el hombro derecho. Yo estaba durmiendo sobre mi costado izquierdo. Creí que era mi mamá – ya era las 3 de la madrugada – me di vuelta y veo una mujer hermosa, transparente  - veía la puerta del dormitorio de mis padres a través de ella – era toda blanca traslúcida, con un vestido largo y vaporoso, el cabello hasta la cintura, una especie de tiara en la cabeza y me sonreía  a la vez que me alcanzaba algo. Algo como una vara delgada y corta y  yo no reconocía qué era; estiraba su brazo con cara de pícara y me hacía gestos que la tomara, y me di cuenta que era una varita mágica, porque en su extremo superior, había "una luz que titilaba. Pensé "estoy soñando”  me pellizqué y me dolió (luego, al otro día,  vi la marca del pellizcón), alargué mi brazo,  y tomé lo que me daba, pero no vi nada en mi mano y ella, retrocediendo, sin la varita,  fue desapareciendo de mi vista.
Me quedé un rato sentada en la cama, con la mano cerrada como sosteniendo algo. No tenía nada en mi mano. FUE UN SUEÑO, me dije y me volví a acostar, me tapé con la manta y giré nuevamente sobre mi lado izquierdo para tratar "reconciliar el sueño, cuando de repente, empecé a oír un psss  pssss psssss…. O más bien "shhhh shhhhh…algo muy tenue, me dí vuelta y ¿qué veo? cinco esferas grandes de medio metro de diámetro cada una,  hechas como de humo,  a ver como lo explico -me dijo un poco confundida- como si fueran cestas redondas huecas,  hechas de humo, de un humo gris… y se iban levantando del piso, una tras la otra y salían por la banderola, que estaba abierta, hacia el patio y desaparecían… las cinco desparecieron de la misma forma…era como una danza, lenta y armoniosa… con ese sonido psshhh…..
Allí yo, estaba levantada, al lado de las cestas de humo… y las veía de casi a veinte centímetros de proximidad, casi que las podía tocar, pero no me atreví …NO HABIA SIDO UN "SUEÑO, estaba pasando realmente. Y a mí, me estaba pasando.

A lo largo de todos mis días, durante toda mi vida… hasta el presente,  me ocurrieron siempre, cosas inverosímiles, como si yo estuviera protegida, de alguna manera… (eso hasta mi esposo, gran escéptico él,  lo reconocía, y decía “tu espíritu" está trabajando de nuevo", o  “tus duendes hoy trabajan horas extras”) 

La otra cosa asombrosa que me ocurrió fue cuando tenía veintisiete años y salía de la oficina, donde trabajaba.  Era de noche, hacía frío e iba en dirección de la parada de micros para ir a la Universidad, donde estaba cursando una carrera. 
Apenas salida de la oficina, con paso rápido para llegar a la parada del micro, tenía que atravesar una larga calle que bordeaba un parque. 
Mientras caminaba,  una limusina  negra, la más larga que jamás he visto, empezó a ir al mismo paso mío y empecé a estar muy alerta. De golpe arrancó velozmente , se detuvo a unos escasos cincuenta metros de donde yo estaba aun caminando, bajó el chofer con guantes,abrió la puerta trasera y bajó un hombre altísimo, con un traje negro, corbata, barba corta, y un turbante en la cabeza, era muy mayor, por lo que alcancé a ver.. Me miraba fijamente mientras yo seguía mi camino firme y sin titubear, sin miedo,  pero muy alerta, y cuando ya estaba llegando a la altura de donde él estaba de pié junto al coche, juntó las manos como orando, bajó su cabeza, puso las manos en su frente y se quedó en esa posición de  reverencia hasta que me alejé un buen trecho, lo extraño es que su chofer también hizo lo mismo.
Llegué a la Universidad bastante alterada y se lo conté a un compañero, él me dijo que en el primer piso sabía que había un alumno avanzado, que era indostano. 
Me acompañó a ver si estaba, suerte que lo encontramos.
Le conté lo acontecido, le dije cómo había sido todo, cómo estaba vestido el hombre del turbante y me dijo que era un Gurú. Y que había hecho eso en señal de veneración, porque seguramente vio algo que yo poseía en mi interior… le dije “algo como qué” Algo que no es común, me dijo, tal vez una luz que emana de ti y solo ellos la ven….y no quiso hablar más
"Esto es todo"

<Esta señora misteriosa que tampoco se llamaba Mabel me lo dijo hasta como avergonzada, tal vez pensando que no le había creído.

Me miró con una mirada profunda, extendió sus manos para tocar las mías apoyadas sobre la mesita,  y realmente sus manos eran dos carbones encendidos. 


Tomó su bolso, me sonrió con mucha ternura y se fue caminando despacio hacia la puerta de salida.

Me levanté corriendo para detenerla y decirle "le creo, gracias por haber confiado en mí"... pero ya no estaba, se había desvanecido en el aire, como las cestas de humo saliendo por la banderola...aunque sé, que ella, ya había leído mis pensamientos y sabía que le había creído.

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"Mamá ¿me quieres decir de una buena vez, por qué me llaman Mabel, si no es mi nombre real?" 
dije entrando a la casa como una tromba de agua.

Mi madre me miró entre sonriente y dubitativa y me dijo:

"Es una historia muy larga, que ni tú la creerías". 

                  LA MAGIA DE LA VIDA
                  ES LO QUE NOS INSPIRA
                             DIA A DIA


(los sueños ..sueños son.." dijo el POETA. 
y los cuentos... a veces son sueños...
y los sueños a veces se convierten en cuentos)
todo depende de la REALIDAD de cada uno.