Tan sólo 7 min de lectura para tener las cosas más claras
Esta bebida milenaria, proveniente de la Camellia sinensis, es un secreto de la medicina tradicional China que ha existido por siglos, ofreciendo beneficios a una inmensa cantidad de personas.
Para nada es de asombrarse que sea la segunda sustancia más consumida en el mundo, luego del agua.
Gracias al gran contenido de antioxidantes en su fórmula, los cuales son polifenoles o flavonoides, el té verde ha demostrado ser increíble para muchas enfermedades y trastornos dentro de los que destacan la diabetes, la hipercolesterolemia, la dislipidemia, etc. Inclusive algunos estudios lo vinculan como un poderoso anticancerígeno, como mencionamos en nuestro post sobre: Qué es el Té verde: Beneficios y Propiedades
¿Cómo no podría una sustancia como esta, capaz de vencer al cáncer, ayudarnos a regular nuestra presión arterial? ¡Por supuesto que puede!
Y es que el té verde es conocido por mejorar la salud cardiovascular, mejorando los niveles de grasas en la sangre, y por disminuir el riesgo de accidente cerebrovascular o infartos en altísimos porcentajes.
Una taza al día podría ayudar mucho a nuestro sistema circulatorio a que funcione adecuadamente, resguardando nuestra salud y mejorando nuestra calidad de vida.
Pero, por supuesto, llegarán preguntas a tu mente como: ¿cuáles son los mecanismos detrás de todo esto? ¿En verdad podemos confiar en esos efectos?
La respuesta corta es: sí.
Y todo este efecto está basado en las catequinas, poderosos antioxidantes presentes en la infusión de la hoja de esta planta, de los cuales la EGCG es la más poderosa.
Sin embargo, hablemos un poco sobre las características positivas que relacionan al té verde con la presión arterial y el modo en el que la ciencia ha corroborado estos efectos a través de rigurosos estudios.
para ver el artículo completo, aquí dejo el enlace
https://vibefarma.com/te-verde/presion-arterial/
COMO ACOTACIÓN AL MARGEN, NO USARLO EN BOLSITAS SINO COMPRARLO EN SU FORMA NATURAL, EN HEBRAS, COLOCAR UN CANTIDAD EN UN COLADOR DE TÉ, Y VOLCAR EL AGUA CALIENTE (NUNCA HIRVIENDO) SOBRE LAS HEBRAS Y LLENAR UNA TAZA, (explicado en una Dietética)
